jueves, 9 de agosto de 2012

Sobre la libertad de expresión

La libertad de expresión deriva a su vez del derecho fundamental a la libertad personal. La única limitación de este derecho se encuentra en la libertad de otros; esta limitación incluye actividades delictivas como el fraude, la coerción, la amenaza de iniciar una agresión contra los derechos de otros o la invasión de propiedad para expresar un punto de vista.

Los políticos han buscado legitimar la censura por razones presuntamente moralistas para que el gobierno instaure horarios de programación televisiva, censure películas, prohíba publicar libros o regule contenidos en medios electrónicos. Todo lo anterior constituye deplorable censura y es, por mucho, más inmoral que cualquier contenido controversial pues implica utilización de la fuerza y la coerción legal para conducir las elecciones de las personas. La discriminación de contenidos y los horarios en los cuales son obtenidos son facultad y derecho de cada individuo, en el caso de los niños menores son los padres o apoderados legales los únicos responsables y con derecho a discriminar contenidos y horarios que reciben los menores.

Los límites a la libertad de expresión sólo deben aplicarse a las expresiones que signifiquen fraude, como el uso de medios electrónicos para obtener datos personales y cometer un robo; coerción, como la amenaza contra la integridad física si no se realiza una acción o un pago; amenaza, como la advertencia de violar derechos fundamentales; intrusión, como ingresar por la fuerza o sin permiso a un establecimiento y transmitir información. Un caso especial constituye la difamación donde se atribuye a otro la perpetración de un crimen que no ha cometido, a sabiendas de la inocencia de este y con el ánimo de provocar una afectación a los derechos fundamentales del difamado. En estos casos debe exigirse especial cuidado en el debido proceso legal y deben realizarse multitud de exámenes legales para evitar lesionar el derecho a la libre expresión y al mismo tiempo impedir la afectación a los derechos del posible difamado.

Sobre lo que los individuos y sus medios puedan expresar o recibir información no debe ser regulado o impedido por el gobierno, pues es facultad personal discriminar la información que se recibe de los medios. El Movimiento Libertario del Ecuador promueve la libertad de expresión de todos los individuos sin más límites que los antes descritos como fraude, coerción, amenazas, intrusión, y difamación dónde pueda demostrarse real malicia.

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